martes, 31 de mayo de 2011

PREJUICIOS IMPROPIOS


Uno es un prejuicioso es cierto. Tampoco corresponde ponerse en el lugar de las tragedias personales ajenas. De ninguna manera. El caso Shocklender siempre estuvo teñido de demasiada penumbra, mucha oscuridad, una trama insoportable.
Hace 15 años, una tarde, me crucé con Hebe, iba en una silla de ruedas llevada por Sergio Shocklender. No me animé a saludarla. La situación me paralizó. Se que ese símbolo viviente de todas las luchas posibles puede ser continente de la más desgraciada de las situaciones imaginables, pero no pude. Y lo siento mucho. No me cabía el chabón, en verdad, siempre pensé que el lugar de cada lugar de cada uno es el lugar de cada uno. Lo demás es usurpación de espacios, advenimientos, paracaídimo, aprovechamientos inapropiados. Eso.

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