sábado, 4 de junio de 2011

ESE TIPO, AQUELLA REVOLUCIÓN Y EL COMIENZO DE LA HISTORIA


El 4 de Junio de 1943 se ve a la distancia como la aceleración de un proceso histórico, una seudodemocracia, intrísicamente corrupta, digitada por una casta oligárquica, vaciada ya de toda expetactiva posible como no fuera el de mantener el sratu qúo del fraude y absolutamente confrontada con la realidad cayó sin pena ni gloria.
La diferencia es que el gobierno surgido del pronunciamiento militar conjugó, por primera vez, verbos que se aproximaban a las demandas sociales que emergían claramente de una nueva composición social. La incipiente industrialización, el fenómeno de las migraciones internas a las grandes urbes, la última oleada de inmigrantes europeos, el revisionismo histórico y la organización que iba tomando forma y construyendo un pensamiento nacional y popular no tenía cauce en un grupo encaramado en el poder, mediante el uso y abuso del fraude, al extremo que esa vulneración de la soberanía popular había sido institucionalizada como el "fraude patriótico", con el solo objetivo de impedir la expresión de las mayorías.
El alto clero, las patronales rurales, los medios de comunicación de la época, la clase dominante, el puerto como única centralidad del país sostenían con el apoyo de las armas un sistema claramente concentrado, detenido en el tiempo de la organización nacional. Las letras de tango de esa etapa relatan la miseria entronizada por la oligarquía y su respuesta limosnera a través de la infame sociedad de beneficiencia que controlaba la asitencia social.
Nada mas alejado de la realidad que esa pantomima de democracia que se había agotado en si misma y que proponía a Robustiano Patrón Costas, un explotador salteño del azúcar, explotador de cañas y de esclavos, como sucesor del sistema.
El golpe de Junio sucedió sin mayor interés popular, nada nuevo podía proponer la guardia pretoriana de la década infame. Sin embargo, nada volvería a ser como era. Los hombres del golpe instalaron un nuevo diálogo y de esas mismas filas, de botas y gorras, había uno es especial que parecía imantar con su carisma. El tipo parecía conectarse con los sectores obreros como si fuera uno de ellos, obreros que por primera vez accedían a ser considerados actores de la historia y así "Nacional", "Pueblo", "Trabajadores", "Igualdad", "Igual salario por igual tarea", "Mujeres trabajadoras", "Patria" fueron palabras que comenzaron a instalarse en esa nueva realidad que no era democracia pero se aproximaba mucho más a las pretensiones populares que aquella mueca trágica que cayó el 4 de Junio de 1943.
Lo que siguió es historia conocida pero tiene raíz en la Revolución de Junio, claramente Revolución y no golpe; en todo caso respuesta anticipada a la corporización del hastío de las mayorías excluidas que más temprano que tarde harían tronar el escarmiento ; y la única vez que las armas estuvieron a favor del Pueblo.
El tipo que había hecho suya la causa del Pueblo era coronel. Se llamaba Juan Perón y hace 68 años que llegó para quedarse definitivamente en la historia y en el corazón del Pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario