Una jauría de jueces y fiscales
sale a pedir por el juez insignia de la servilleta de Corach, su propio ex
secretario llevado a la categoría de juez federal, Claudio Bonadío, un magistrado que acumula
una decena de causas por mal desempeño, algunas de alta sensibilidad como el
contagio masivo del VIH/sida a un centenar de personas que se hemodializaban y que con el transcurrir del tiempo hace que
los afectados padezcan, además, la falta de justicia. Ninguna asociación de
magistrados y funcionarios del Poder Judicial, ni un Recondo ni ninguno de esa caterva nefasta que se parapeta en las
magistraturas salió a poner un dedo cuando Roberto Marquevich, ex juez federal
de San Isidro fue llevado a la hoguera del juicio político en 2002 por haber ordenado la detención para que
declarara en la causa por adopción irregular nada menos que de Ernestina
Herrera de Noble. Con el correr del tiempo, Marquevich sostendría; que: “Suprimir y suponer el estado
civil de una persona, la connivencia con dos jueces encargados de adopciones
falsas, la ocultación de la identidad de dos menores, la falsificación de
documentos públicos… siete delitos gravísimos, en ningún momento se me ocurrió
llamarla (a declarar) sin estar detenida, como a ninguna otra persona”, en
declaraciones formuladas en 2010.
Sobre su
actuación y el análisis de los actores de la época basta con referirse por ejemplo a las declaraciones del diputado pejotista
Rodolfo Martínez Llanos, Corrientes, que
calificó como de “conmoción nacional” la detención de Herrera, alcanza y sobra para imaginar el cuadro de situación que
soportó Marquevich por la orden emitida.
En una absoluta soledad,
Marquevich afrontó el juicio político en su contra, no hubo asociaciones de
magistrados, ni de fiscales ni nada parecido manifestándose en el 7 a 2 que produjo su remoción; El de Augusto
Belluscio, fue uno de los 2 votos que rechazaron la destitución casi sumaria.
Abuelas y algunos organismos de
Derechos Humanos rescataron su aporte de poner un poco de verdad y luz sobre un
punto oscuro de la Argentina, en esos momentos en que toda la artillería mediática
fue sobre Marquevich.
No hay comentarios:
Publicar un comentario