viernes, 23 de enero de 2015

LA CONSPIRACION URDIDA EN TORNO A NISMAN

La única realidad es una operación política-mediática y judicial contra el Gobierno montada a partir de la endeble denuncia del fiscal especial para la Causa AMIA, Alberto Nisman.
Hace 20 años y 5 meses el país se estremeció con la voladura de la sede de la Mutual Judía en pleno barrio Once de la Capital. El contexto siempre estuvo ligado a la política exterior de esos años de las relaciones carnales y a los remezones de una guerra global que partió desde el Oriente Medio hacia distintos lugares del planeta. En el país la comunidad tiene una presencia fuerte, es decir que la señal pudo haber ido en varios sentidos.
Lo concreto es que hace 20 años y medio y lo único que está claro es que desde el inicio  la investigación del atentado que costó 85 víctimas estuvo contaminada. Los propios rabinos ortodoxos buscando cadáveres bajos los escombros y periodistas manoseadas contribuían al morbo de mostrar imágenes que en ningún lugar del mundo se hace ante una situación igual.
Ni conexión local resuelta ni pistas firmes ni voluntad política de resolver la tremenda llaga sobre la institucionalidad, la historia y la propia comunidad argentina y expedientes sobre los cuales siempre los servicios estuvieron manipulando  jugando sus propios juegos y conveniencias del Mossad o de la Cía o de quien resultara el mejor postor.
Sobre esta lápida cabalgaba Nisman durante 10 años, 10 años y todo sigue igual; que lo digan sino los familiares de las víctimas.
El Memorandum con Irán, con el que se puede estar o no de acuerdo, fue en el sentido de tratar de dar un impulso a la adormecida causa, costosísima en recursos humanos y materiales por otro lado e indigente  en resultados. Nisman fue un opositor al acuerdo, eso es cierto pero que opción ofrecía el fiscal o solo el dedo acusador sobre el Estado Iraní? Una admonición que sirve al manipulador del  ajedrez mundial pero para la cuestión interna no sirve para nada.  La Argentina necesita saber quiénes fueron no una acusación simbólica. Nada pudo haberse ejecutado sin complicidades locales, es un absurdo creerlo y en este nudo central no se hizo nada. Ningún sospechoso  argentino de haber participado activamente siendo parte de la conspiración ha sido descubierto y juzgado. Un vendedor de trafic usadas, bordeline con los desarmaderos, hijo de uno de los principales represores del grupo de tareas comandado por  Luciano Benjamín Menéndez, quedó como el más expuesto. ¿Eso es todo? ¿Nada más?
De repente el fiscal, un obediente mandadero de la embajada de la USA como lo reporta WikiLeaks, se despacha con una denuncia que llega hasta la propia cabeza del Poder Ejecutivo, acusando de la puesta en marcha de un pacto criminal con el objetivo de desarticular una de las pistas de la Causa Amia, la iraní. El núcleo es intercambio de energía por granos, caídas de circulares rojas para los acusados pertenecientes al régimen teocrático de Irán. Ninguno de los aspectos señalados por Nisman tiene correlato con la realidad. Su teoría de que una líder inescrupulosa negocia impunidad a cambio de petróleo era el principal argumento de la embestida opositora comandada por el Grupo Clarín que oficia de portavoz de las corporaciones en una alianza con opositores, grupos de ultraderecha, sectores del poder judicial y el esquema de los servicios desplazados en Noviembre cuya cabeza visible es “Jaime” Stiuso. Otro tema será dilucidar uno de los errores frecuentes del kirchnerismo de dar poder a personajes que después pasan al bando opositor más cerrado; Alberto Fernández, Ocaña, Massa,  Lousteau, Pérez Redrado y siguen las firmas.
La denuncia se cae antes de explotar en el escenario digitado por la alianza opositora con Clarín a la cabeza; el Congreso Nacional como lo pergeñó una de las peores lacras parasitarias de la  política argentina: Patricia Bullrrich.
 El día D era el lunes 19, la hora H 16, lugar Congreso. El actor de reparto nunca llegó porque apareció muerto en su lujoso departamento en la exclusiva Torre Le Parc de Puerto Madero.
La jauría dijo: “El tipo va a declarar y se mata antes de hacerlo, vamos chicos”. El guion estaba armado en la tapa. Vamos con las cacerolas y bajamos el telón con mártir incluido. Y Stiuso?
¿Qué sucedió que algo no les cerró del todo? ¿Qué hilo del piolín se escapó? ¿el gobierno tuvo acceso a la endeblez de la denuncia? ¿El mandadero encargado de llevar el arma? ¿Una fiscal que hasta el momento ha dado muestras de atenerse a la ley? ¿El  horario elegido para morir o ser muerto o inducido a morir? ¿Se encontró traicionado por sus mandantes, Nisman? En las columnas del domingo se deja entrever que Nisman pasaría un mal momento con el inesperado giro de no dejarle a la oposición el escenario en soledad y que el gobierno iba a defenderse legítimamente de las acusaciones endebles, es más se había cantado retruco haciendo pública la audiencia, algo que a la lacra Bullrrich la desencajó y sacó de eje muy evidentemente.
Esta es la conspiración de mayor calibre que se haya dado en 31 años de vigencia del Estado de Derecho. El Comando Golpista está desorientado porque algo falló en el guion. El Gobierno tiene la oportunidad de demostrar que puede manejar una crisis de características excepcionales, en como lo haga podrá potenciar su rol de ordenador ante el intento solapado de quiebre que propugna la banda mafiosa que está enfrente y de esa manera mantener la iniciativa. Que Stiuso sea expuesto sin ropaje puede ser un comienzo alentador para oxigenar un ambiente nauseabundo creado a partir de la denuncia de Nisman y su posterior desceso.  





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