sábado, 5 de julio de 2014

DIEGO MESTRE; LA SOGA EN LA CASA DEL AHORCADO


Diego Mestre es un diputado nacional por la UCR cordobesa, hermano menor de Ramón y ambos hijos del nefasto Ramón Mestre. Llegó a la banca portando apellido, algo que los radicales cordobeses lo hacen habitualmente y sin pruritos, como sacar a un vago de la casa y meterlo en una lista de diputados. Iba Nro. 3 en la sábana encabezada por Oscar Aguad, el hombre de los 60 millones de pesos/dólares provenientes del formidable desfalco realizado a la municipalidad de Corrientes, durante su paso como interventor comunal, delegado por el interventor federal, Ramón Mestre. La banca de Mestre fue discutida hasta último momento, el coeficiente D´ont , le permitió por milésimo porcentual dejar afuera a la candidata del FIT, Liliana Olivera. La izquierda troskista llevó adelante las impugnaciones a lo que consideraron un robo  y hasta ahora persisten en el reclamo por lo que entienden un conteo fraudulento y que incluyó el desembarco de los popes; “ pollo”  Sobrero, Del Caño, Pitrola y otros especímenes  del troskismo por la docta.

La cuestión es que el cuestionado Mestre también opina a favor del juicio político al vicepresidente, Amado Boudou. Una demostración desopilante de desparpajo, caradurez y cinismo del portador de apellido por Infobae, la cloaca residual de los cubanos de Miami. Nada menos que Diego Mestre, que es fruto del acuerdo que le pemitió a Oscar Aguad proveerse de fueros  in-eternum para eludir a la justicia y contar con la prescripción de la causa que lo tuvo en la mira durante años y que pudo zafar merced al continuismo de fueros y a las complicidades propias y de la corporación judicial que hace que el robo a Corrientes quede impune. Aguad medía mal, incluso entre el voto radical tradicional, pero junto a Ramón Mestre forzaron el pacto para proteger al mayor expuesto de la defraudación y que seguramente repartió para varios radicales interventores en Corrientes, pero no hubo ni investigación de rutas de dinero en las cuentas bancarias del entorno mestrista que comandó el golpe.

Ramón Mestre, el intendente actual de Córdoba, viene de cambiar a todo su gobierno por hechos  de corrupción,  que atravesaron contratos con empresas de limpieza propias de inmediatos colaboradores, plastificados de carnets y trámites municipales, tráfico de influencia, negociados, contrato sospechosos con la empresa de transporte ERSA, (Oh, correntina) y con la de higiene urbana, Lusa (Oh, correntina), entre otros desastres y rozado por otros escándalos como el vice intendente, Marcelo Cossar y sus vínculos con un capo – narco y la bomba de tiempo que está en el propio despacho del intendente: la causa CBI, el caso de la financiera quebrada recientemente en medio de fenomenales estafas y que manejaba la recaudación de los boletos de transporte urbano a través de un convenio suscripto por el propio intendente; que según la carta póstuma del fallecido directivo de la financiera, Jorge Suau, el mismísimo secretario privado del intendente, Juan Pablo Ostanelli  se encargaba de retirar religiosamente 400 mil pesos mensuales de coima.

Con la impunidad que le aseguran ciertos medios, estos personajes pueden presentarse en nombre de una ética que desconocen y que nunca tuvieron y sueltos de cuerpo, como el diputado que viene de un espacio vinculado directamente con hechos graves de corrupción, Diego Mestre.

 

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