Los pronunciamientos de organismos multilaterales, de los
espacios regionales de integración, de espacios de incidencia política como el G77,
hasta de países y grupos parlamentarios como los británicos, en rechazo a la decisión calificada como fundamentalista
de la Corte de los EEUU y por estos lares la de la Iglesia, previa escala en El Vaticano, ha desacomodado a los
fundamentalistas argentinos; muchos de ellos generadores de la deuda externa y
asociados a los fondos buitres. Casi inadvertida pasó la noticia del pedido del
Fiscal Moldes para impugnar el sobreseimiento por prescripción en la causa de
la mayor estafa cometida contra el Estado Argentino, conocida como “Megacanje”
y que tiene a personajes que van desde David Mulford, a Cavallo, Liendo,
Stuzzenegger y demás aves de rapiña que han realizado un paso francamente
trágico para la economía de nuestro país y para la calidad de vida de sus
habitantes. En medio del embrollo de la cuestión Griesa y fondos buitres,
resulta que entre los demandantes hay 13 bonistas argentinos, que parecen ser
anónimos o no tener nombres pero están de pleno en la jugada contra la
reestructuración de la deuda. Sin saber de quienes se trata no es aventurado
arriesgar que son parte del stablishment y es aquí donde hay que tener más que
nunca en claro que el dinero no tiene patria ni ningún sentido que se le
parezca y menos sentido común. La codicia va por más siempre y nunca menos es
el derrotero del bolsillo.
Han quedado pedaleando en el aire Macri, De la Sota, Massa,
los Moyano, los medios hegemónicos – Clarín - La Nación – Perfil – Infobae como
expresión acabada del sistema y sus intereses antinacionales. La Nación lo fue,
lo es y lo será una bocina de los privilegios, los ha representado y lo seguirá
haciendo. Los otros vienen desangrándose en la yihad que han declarado al
Kirchnerismo desde la 125 en adelante.
De los opositores que han quedado pedaleando de momento que se expresó
la Iglesia, a la que consideran fuente de un poder corporativo intocable, menos
aún desde que reside en la Santa Sede y de los otros que están en la vereda de
enfrente desde siempre, incoherentemente algunos, ninguno ni nadie ha salido
con una propuesta propia que no sea otra que un balbuceo de negociar, negociar,
negociar, negociar que repiten como disco rayado; salvo Macri que desde Israel
pidió cumplir con el fallo Griesa, cueste lo que cueste, menos la plata suya. Tener en cuenta lo dichos de energúmenos tipo Elisa Carrió o Pino Solanas es gasto innecesario de neuronas.
Los jarabes de pico se agotan en sí mismos con sus recetas insensatas,
el cotorrerío de la caterva de economistas invitados para cerrar filas con los
buitres no puede esperarse más nada que peras al olmo, así como no pegan una y
todo su mérito científico no es el de crear ninguna corriente de pensamiento
nueva ni provocar un nuevo paradigma sino el de operar el corto plazo y proponer
repetir los fracasos. Ni los Borda ni los González Fraga, ni los Prat-Gay, ni
los Redrado son más que una caterva de mamarrachos.
Frente a políticos descolocados, a buitres desesperados, a
instituciones degradadas, a las corporaciones del privilegio solo queda leer el
revés de la trama y pensar que si el mundo dice una cosa opuesta a la decisión
de la justicia de la capital financiera mundial, es que tan errados no estamos. Al final
del túnel se ve una lucecita, y alcanza.
Al final, esto de los fondos buitre no va a pasar de ser otra operación en contra del gobierno
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