La perversión del sistema capitalista
financiero global vigente y su fuerte
desarrollo en los últimos 40 años donde comenzaron a mandar las bolsas, las
cotizaciones on line y la fuga de capitales por las rendijas hacia los paraísos
fiscales, creando una oligarquía concentrada de mutimillonarios que la levantan
sin trabajar, comienza a mostrar fisuras desde hace tiempo. La sede New York es
donde el comando global ha sentado bases para su insaciable sed de dinero, aún
a costa de infligir un daño enorme a la credibilidad del dios dólar. Cuenta con
la complicidad mafiosa de jueces como Griesa que tienen cero pruritos para
demostrar de que lado juega la imparcialidad cuando se trata de money y hasta
que punto el endiosamiento del dinero tiene centralidad en cualquier fallo
proveniente de la mentalidad mercantilista que hizo un imperio fundado en el
libre comercio y en el vil metal. Nadie puede ignorar de que se habla cuando
entra en juego el dinero, la fabulosa propaganda de cualquier film norteamericano
proveniente de su inconmensurable industria conematográfica viene guionada en
disputas entre malos y buenos por millones y millones que reflejan el estilo de vida americano. No decimos nada
nuevo sobre la colonización cultural y nada nuevo sobre las nuevas formas de
quebrar las soberanías.
La deuda eterna de la Argentina
fue generada por gobiernos traidores, tampoco eso es nuevo. Tampoco lo es que
los operadores de esa escalada en cada deuda generada han sido beneficiarios
directos; no por sí se subsumió la deuda privada en el endeudamiento del
Estado; y no por sí se financiaron golpes y se dieron decenas de corridas con
la única finalidad de sostener el altar del dinero.
Tampoco es casual que durante la
dictadura se haya producido el endeudamiento argentino, todo respondió a un
plan de entrega. Una banda de terroristas armados para el trabajo sucio y otra
banda de terroristas económicos al control real de la situación. Esa ecuación
política cerró perfectamente el círculo de la violencia y de entrega del
patrimonio argentino.
Para un Gobierno que se va en 18
meses la cuestión creada en NY a partir del fallo Griesa con aval de la Corte
no deja de significar un hecho central de cómo encaminar su resolución. Así
como cualquier estafador del imperio tiene impunidad para desoir un llamado de
la justicia argentina en el caso de la megaestafa del megacanje, en el que solo
un esbirro como Domingo Cavallo está procesado, porque un oficio de un juzgado
nacional se convierte en papel higiénico, el Estado Argentino está obligado a
deshacer cualquier estrategia soberana –como lo fue la negociación llevada
adelante en su momento con absoluta seriedad y como corresponde en el marco de
opciones más justas con la inmensa cantidad de tenedores de bonos – de atender
un fallo sesgado, plagado de intereses, injusto a todas luces y fuera de la
lógica consensuada por los países para satisfacer el manual de estilo de los
fondos buitres.
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