Una contradicción grosera levanta
Hugo Moyano como consigna para la convocatoria a la marcha cuasi-gorila que
promueve con su cómplice, Luis Barrionuevo. Inseguridad, asociada a la
violencia en un gremio donde saldan a balazos las disputas y que tiene ya 2
muertos en Rosario, la cuna contemporánea del crimen de los últimos años. En
Rosario se rebeló la tropa y eyectaron a moyanismo con acusaciones de
defraudación que incluyen hasta la compra de una casa en Miami por parte de
Marcelo Dainoto, el pollo de Hugo Moyano. La disputa por el control del gremio
santafesino costó la vida de Nicolás Savani y produjo 4 heridos, en un suceso
que es investigado por la justicia. Por eso cuando el violento hijo de Moyano,
heredero del sillón en un gremio que se parce más a un califato que a una
organización democrática, amenazó con muertos en Quilmes en una postura
contraria a la municipalización del servicio de recolección de residuos, no
causó asombro. Un negocio millonario en juego para esta dirigencia que tiene
bien mezcladas todas las cajas puede resultar que un obstáculo insalvable sea
removido a balazos sin problemas.
En el medio de todas estos
estallidos internos, Moyano con su aliado, otro “demócrata” , encaramado hace
30 años en el gremio de gastronómicos, propician la marcha contra la
inseguridad. No van a levantar banderas de reivindicaciones obreras y en el
caso de Moyano pasa a renegar de todas las luchas que alguna vez lo acercaron a
los reclamos de mayor justicia y contra las políticas neoliberales que su socio
si reivindicaba en esos años de terror económico y lo hace actualmente; aliado
al privilegio. Barrionuevo defeccionó siempre, solo las roscas
superestructurales hacen que este energúmeno mafioso detente un espacio de
poder y dinero sin haber trabajado nunca y al que llega por herencia de la
hija. Todas herencias que la franquicia
gremial se traspasa de padres a hijos y tal vez a nietos de no existir un
cambio que democratice las representaciones. Lejos del proyecto de Perón que
auspiciaba cuadros formados ideológicamente y una dinámica permanente de
renovación, la dirigencia gremial saca patente de corso robando banderas y
luchas que no les pertenecen y que los llevan a la abyección absoluta.
Moyano y Barrionuevo no tienen
nada que ver con Perón y el peronismo
que dicen representar es otra de sus mentiras porque en realidad son
propietarios de franquicias que utilizan en beneficio propio y de sus
ambiciones económicas personales.
Allá van los dos rumbo al 14 de
Mayo, sponsoreados por Magneto y por la oposición venal de la Argentina. Dos
personajes execrables y repudiados por sus propios representados van a montar un
circo en nombre de lo único que les importa realmente: La caja. Eso es todo.
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