La inminente salida de 3
funcionarios de primera línea de la gestión municipal de Ramón Mestre colocó a
su gobierno en el precipicio. Facundo Cortés Olmedo, Sergio Torres y Mariano De
Juan, secretario de Gobierno, Economía y Desarrollo Urbano, respectivamente
salen eyectados después de la investigación del programa ADN, conducido por
Tomás Méndez por Canal 10 en los que los
3 aparecen al frente de negociados incompatibles con la función pública. Cortés
Olmedo, a través de su cuñado tiene la concesión de plastificados de carnets en
las dependencias municipales; Torres mediante testaferros tendría la propiedad
de la empresa de limpieza Colibrí y sobre De Juan pesa otra sospecha de igual
calibre. Queda bajo la lupa el mismísimo secretario privado de Mestre, Juan
Pablo Ostanelli acusado en la carta póstuma del financista Jorge Suau como el valijero
que retiraba 400 mil pesos mensuales, fruto de la maniobra CBI-Siemmens. El
vice intendente, Marcelo Cossar – segundo en la sucesión e integrante del
estudio jurídico con Mestre – también viene complicado con varios temas que rozan
la propia institucionalidad; falseamiento de su DDJJ, sociedad comercial no
declarada, abogado de un conocido narco. Es decir que el equipo de la gestión
mestrista viene en franco declive; los últimos hechos y que produjeron la
renuncia de sus 3 colaboradores más inmediatos, colocó al intendente en una
situación sumamente difícil; a la par de que su proyecto de reforma de
transporte hace agua en la opinión pública y de los usuarios en particular. En
las calles se habla de la ida del propio Ramón Mestre y varios dirigentes de
distintos partidos han salido a hablar de respetar los mecanismos de recambio.
A 2 años y meses de la gestión
municipal en la principal ciudad y a la vez capital provincial, el radicalismo tiene
en puerta un nuevo fracaso. Se trata de una nueva generación de la dirigencia
radical cordobesa – los sub 40 – y de la esperanza de recuperar un dominio que
sus antecesores mantuvieron 16 años antes de la llegada del delasostismo, la
que ha quedado expuesta como la continuidad de las frustraciones a las que los
radicales son tan proclives a causar.
Una gestión desastrosa atravesada
por hechos de corrupción que, cuanto menos, involucra a la cabeza del gobierno
municipal, crece en el imaginario colectivo y sea el comienzo del fin de una
experiencia fugaz de los radicales cordobeses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario