viernes, 25 de abril de 2014

RAMON MESTRE; AL FRENTE DE UN GOBIERNO QUE SE CAE POR INEFICAZ Y CORRUPTO



La inminente salida de 3 funcionarios de primera línea de la gestión municipal de Ramón Mestre colocó a su gobierno en el precipicio. Facundo Cortés Olmedo, Sergio Torres y Mariano De Juan, secretario de Gobierno, Economía y Desarrollo Urbano, respectivamente salen eyectados después de la investigación del programa ADN, conducido por Tomás Méndez  por Canal 10 en los que los 3 aparecen al frente de negociados incompatibles con la función pública. Cortés Olmedo, a través de su cuñado tiene la concesión de plastificados de carnets en las dependencias municipales; Torres mediante testaferros tendría la propiedad de la empresa de limpieza Colibrí y sobre De Juan pesa otra sospecha de igual calibre. Queda bajo la lupa el mismísimo secretario privado de Mestre, Juan Pablo Ostanelli acusado en la carta póstuma del financista Jorge Suau como el valijero que retiraba 400 mil pesos mensuales, fruto de la maniobra CBI-Siemmens. El vice intendente, Marcelo Cossar – segundo en la sucesión e integrante del estudio jurídico con Mestre – también viene complicado con varios temas que rozan la propia institucionalidad; falseamiento de su DDJJ, sociedad comercial no declarada, abogado de un conocido narco. Es decir que el equipo de la gestión mestrista viene en franco declive; los últimos hechos y que produjeron la renuncia de sus 3 colaboradores más inmediatos, colocó al intendente en una situación sumamente difícil; a la par de que su proyecto de reforma de transporte hace agua en la opinión pública y de los usuarios en particular. En las calles se habla de la ida del propio Ramón Mestre y varios dirigentes de distintos partidos han salido a hablar de respetar los mecanismos de recambio.
A 2 años y meses de la gestión municipal en la principal ciudad y a la vez capital provincial, el radicalismo tiene en puerta un nuevo fracaso. Se trata de una nueva generación de la dirigencia radical cordobesa – los sub 40 – y de la esperanza de recuperar un dominio que sus antecesores mantuvieron 16 años antes de la llegada del delasostismo, la que ha quedado expuesta como la continuidad de las frustraciones a las que los radicales son tan proclives a causar.
Una gestión desastrosa atravesada por hechos de corrupción que, cuanto menos, involucra a la cabeza del gobierno municipal, crece en el imaginario colectivo y sea el comienzo del fin de una experiencia fugaz de los radicales cordobeses.

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