domingo, 1 de mayo de 2011

AQUEL 1 DE MAYO Y ESTE DIA DEL TRABAJO


No fue un 1° de Mayo más. Fué la última vez que la vimos en el balcón, ese balcón que quedará para siempre instalado en el imaginario con el saludo en alto. Evita, la compañera trabajadora, aferrada al micrófono, con su traje sastre y el cabello tirante, alcanzando el cenit de su dimensión revolucionaria hablaba a los trabajadores sobre las amenazas que se cernían sobre la Revolución en Paz que junto a Perón habían logrado junto al pueblo movilizado, en ese escenario que se transformaba en la más acabada representación de la democracia popular. La resignificación del1° de Mayo adquiría para la Nueva Argentina una instancia clave de repensar el recorrido en términos de participación de la clase obrera en el devenir de aquellos días. No solo celebración, aunque bien merecida era la fiesta, sino de reflexión y sobre el grado de organización alcanzado. La puesta en común del las políticas de Estado y la concientización política para fortalecer el proyecto que tenía al Movimiento Obrero como su principal sostén social y político.
La centralidad del Movimiento Obrero en el Peronismo fué la construcción sobre la que Perón diseñó cada uno de los procesos de cambio llevados adelante y también el flanco de los ataques de la reacción.
Eva advertía sobre las acechanzas en las sombras. Fue su discurso más duro y el más combativo. Identificó a los traidores de afuera y antemizó a los de adentro, a los que consideró peores aún porque medran a nuestras espaldas. Fue cuando dijo "guay del día que toquen a Perón" y les advirtió que viva o muerta saldría a las calles con el Pueblo para no dejar en pie un solo ladrillo que no fuera peronista. La tenía clara sobre lo que vendría y fue clara advirtiendo lo que sucedería de ser derrotada la Revolución. Sabía como se ganaba la partida y que lo que estaba en juego, el futuro de la Revolución, se jugaba a todo o nada. Fue un discurso de vanguardia, el que espera uno de su conductor, ese que despeje el panorama para dejar ver el bosque detrás del árbol. No cualquiera, tenia que ser Ella, el escudo de Perón, la que sembrara conciencias esa tarde de Mayo.
El Día del Trabajador realizado por la CGT tuvo el mismo objetivo. Conceptualizar con claridad cada uno de los derechos alcanzados el marco del Proyecto Nacional y Popular y como defender cada conquista lograda. El líder de la CGT refrendó la identidad del Movimiento Obrero, dejó expuestos a sus impugnadores y puso al Movimiento Obrero en su rol de principal protagonista del Modelo que estamos contruyendo.

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