martes, 9 de julio de 2013

ADONDE VA HUGO MOYANO?



O se sacó la careta y mostró su verdadero rostro y siempre fingió o perdió definitivamente el rumbo. Lo seguro es que la primera opción. En su último y desilachado paro, en medio de una plaza despoblada, se paró como un empresario camionero a aullar sus prejuicios de clase. Habló en el mismo idioma racista de la vulgaridad que hace tiempo sacude sus propios resentimientos con los sectores más vulnerables. Habló como esas viejas cotorras odiosas con los recursos que se destinan a la Asignación Universal, un programa que ha logrado una transferencia de recursos importantes para los niños de las clases pobres y que ha puesto al País entre los más igualitarios de América Latina. Subyace en ese pobre discurso el odio ancestral de clase. Eso no es Peronismo, le escupiría Evita en la cara.  
Fue un tipo con un trayecto de resistencia al neoliberalismo. Ni mucho ni tan poco. Valorable, podría decirse. Un camino que tenía más que ver con los intereses de su sindicato que con el devenir de los sectores pauperizados por la miseria.
Hoy puede verse al frente de un gremio robusto. Con poder de choque. Con capacidad de daños. Y con una caja importante.
Colonias de vacaciones 5 estrellas. Clínicas de atención de complejidades. Obra Social poderosa. Como un Pac-Man ha ido tomando cada nicho con cuatro o dos ruedas y se ha extendido por sobre la recolección de residuos al punto de la extorsión para que los municipios descuelguen el servicio público y graciosamente se lo entreguen, mientras agita sueldos de $ 17.000 por sobre los salarios que pagan los municipios, mucho menores que los que alcanza un chofer camionero.
Es reelecto indefinidamente. Crea dinastía. Hace hereditario un poder, teóricamente, surgido de las bases. Como un PAC-MAN amplía su desarrollo hacia el control total de los organismos públicos que capitan las Obras Sociales, allí a falta de hijos aparecen esposas.
El método de construcción en base al apriete hace mucho tiempo que lo puso bajo la lupa social, nunca pudo extender su liderazgo más allá del universo kirchnerista, aun cuando fue un tributario del proyecto de los Rodríguez Sa.
Fuera de ese paraguas siempre fue un hombre expuesto a la sospecha. La propia reelección de Cristina en el 2011 llevaba como un pesado lastre el apoyo de Hugo Moyano. El “López Rega de Cristina” vociferaban los gorilas. Eso representaba Moyano para el imaginario opositor.
Clarín le carga una muerte. Sabat lo representa con las manos sucias de sangre. La ruta de Covelia y el rol de Moyano en esa trama de lavado de dinero fueron exponencialmente amplificadas por esas usinas.
Algo arregló Moyano para encontrar protección de esas mismas usinas que lo pusieron como centro de todos los males de la Argentina. El mismo hablaba de “demonización”. Eran los tiempos en los que Facundo se compungía por 678 y recitaba frases de Cooke.
El candidato N° 35 de Denarvaísmo con pretensiones de ser parte de una propuesta más global que contuviese al peronismo federal bajo la férula de De la Sota se hizo añicos con la puesta en escena de Massa. Se ha diluido el proyecto restaurador en el que caminaban varios zombies políticos: Luis Barrionuevo y su bella esposa, Ramón Puerta, Jorge Busti, Jorge Yoma,  entre otros personajes de probada honestidad y casi setentones, ya fuera de época.
Uno de los principales articuladores ha quedado afuera del armado de Massa. Por paintavotos y por ser parte de una estética demasiado fuera del estilo cool con el que se pretende barnizar al massismo.
Con el patrón va Moyano. Un patroncito demasiado endeble, alejado ya de las luces del show que con una vacua consigna lo llevaron al estrellato efímero  y al que no le queda otra que relamerse con su indeseable enemigo de otros tiempos, para ver presenciar desde la tribuna un escenario que los arrojó afuera antes del primer round.



1 comentario:

  1. Hermosa la nota. Lamentablemente Moyano seguirá en esta última etapa como lo hizo Videla: petardeando al gobierno o a cualquier proyecto o mínimo intento de democracia e inclusión social.

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