miércoles, 8 de junio de 2011

HEBE, Ella, Ellos, Ellos y Los Otros


ELLAS: La reserva moral de la democracia. La única resistencia no violenta al terrorismo de estado y sus políticas de hambre y entrega. Las que salieron cuando nadie, las que enfrentaron el terror, las que hicieron flamear la bandera de la dignidad humana en medio de tanta infamia. Las que no dejaron correr hacia el océano la sangre de nuestros muertos. Las secuestradas y desaparecidas. Las golpeadas, las humilladas, las silenciadas, las llamadas "locas". Las que nunca se resignaron a la injusticia. Las pudieron trazar, como nadie más, un camino de justicia y le evitaron la Argentina un reguero de sangre y de venganza.
ELLOS: Adolescentes, en pleno imperio de la muerte, una noche de Junio de 1981 eligieron salir del infierno no por la puerta y con una muda de ropa sino adentrarse aún más, es decir a otro infierno . Quienes eran esos hijos de la burguesía que miraban a la política desde los ventanales y que se arrojaron al vacío matando a sus padres ? Quienes son esos que se desalmaron una noche sórdida, dejando su psiquis y sus cuerpos junto al de sus padres ? Quienes se convirtieron en almas errantes y trágicas para siempre?
ELLA: Esa mujer que dejó la cocina para salir a buscar a todos los hijos, la que aprendió sobre el andar, la que adquirió conciencia de repente, la que visualizó el horror antes que nadie. La intransigente, la juzgada por autoritaria como si nadie fuese autoritario en su propio espacio, hasta este blog pone límites. La del nombre que será para adelante fuerte, Hebe, y símbolo de una épica. La que envejece con su alma que nunca se dejó sacar. La Madre.
ELLOS, ELLA Y ELLAS: Ella que, rescató a Ellos del mismo infierno, no les puede devolver el alma porque la dejaron esa noche de Junio. Quiso probar que se puede, que el canto a la vida puede sobre la muerte, abrió sus alas contra - seguramente - los miles de peros y los cobijó en su espacio, donde su centralidad no se discute. Ellas, que no confunden su lucha y saben que esa no es la suya, fueron generosas con Ellos y abrieron sus puertas. Ellos, en el infierno tomaron el alma de Judas.
LOS OTROS: Nunca podrán mirarse en el espejo de Ellas, porque los Pañuelos Blancos señalan que hubo cómplices en la larga noche del terrorismo de estado, no les perdonan que no hayan guardado los pañuelos en las carteras y no se hayan domesticado en el albor de la democracia, ahora agazapados como hienas disfrutan de la fábula del escorpión y la rana hecha realidad.
ESOS: Que nunca fueron nada dirán, como siempre, la frase de ocasión; "cría cuervos" y blandirán el consabido "yo sabía que iba a suceder esto".
NOSOTROS: Que no somos espectadores, sabemos que no son los Pañuelos el objetivo, en todo caso una excusa y Ellos, los parias de esa burguesía, instrumentos. Los Otros, que extrañan la impunidad que les permitió adulterar expedientes y pretenden ir contra la ley, saben que deben utilizar todos los recursos a su alcance para impedir un nuevo mandato, de eso se trata. Entonces, nuestro lugar es el de siempre, de este lado, con toda la historia a nuestro favor, caminando por sobre las huellas profundas de la Plaza, con el sentido de pertenencia a un proyecto reparador, con la confianza en la justicia y con la voluntad entera para profundizar el recorrido.

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