domingo, 21 de noviembre de 2010

VAN DER KOOY Y MORALES SOLÁ SON UNA PATRULLA PERDIDA



Eduardo Van der Kooy aparece como afiebrado en su editorial de hoy, interpela si en un una democracia menos contaminada una "lacra" como Kunkel circularía por el parlamento.
Curiosa escala de valores del escriba de Magnetto que no interroga por el apropiamiento ilegal de menores de la dueña del diario para el que escribe que si pudo hacerlo en un país arrasado por el terrorismo de estado. Menos como pudo colocarles el apellido de su marido muerto diez años antes, contra todo sentido común no ya de la ley.
Tampoco como ese monopolio ha tomado forma de cartel para someter al estado y representar intereses de un sector poderoso de la economía.
Y nada dice del intento del número 2 del cartel de inundar campos y bosques, para producir arroz y de paso quedarse con la costa de un río.
Parece extrañar esa impunidad y el manejo titiritero del señor canceroso sobre una dirigencia venal y corrupta. El mismo tipo capaz de cualquier cosa con tal de apropiarse de una empresa productora de papel que en esta democracia contaminada, según el escriba holandés, ha encontrado de repente límites a su desbordada ambición por tenerlo todo.
Se nota la desesperación. No es un insulto a la inteligencia el editorial del ya maduro periodista premiado por Videla, aunque lo parece, es una hoja de ruta. El plan de extremar al máximo el desgaste.
Mucho más patético el editorial de Joaquín Morales Solá que le augura un destino histórico a Elisa Carrió. No puede ocultar la impotencia de los números que revelan un escenario que obtusamente se niega a comprender y tira botellas al mar con mensajes de naufragio.
Descarriada Carrió, hundido el grupo A con el cachetazo de la impresentable diputada Graciela Camaño, con respirador artificial el peronismo federal, fuera de juego Cobos Iscariote, Morales Solá y Van der Kooy predican en un desierto. Patetismo total de los editorialistas estrellas de Clarín y La Nación.

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