
Desde acá se pretende reflexionar, nada fácil cuando la imagen devuelve la tragedia terrible de una vida de 23 años se escapa a borbotones y el contexto retrotrae a prácticas repudiadas. El modelo agotado de la patota sindical traidora a su clase muestra brutalmente el último estertor del microclima cimentado en años de podredumbre y entrega. Igual de agotado, también, el modelo de esa raza funcional a todo caos que es el troskismo, esa suerte de enfermedad psiquiátrica antes que categoría política. No hay contexto democrático posible para dialogar con esos personajes que se apropian de demandan que son justas, en todo caso la anomalía es de los espacios sociales y democráticos incapaces de canalizarlas..¿ Puede Ripoll ser reconocida como una dirigente responsable ? Ese energúmeno de Altamira puede ser tomado seriamente, acaso? ¿ No son montaraces de cuanto desorden aparece con el discurso de cuanto peor mejor? Han resignado el vivir en una sociedad no violenta ? No desfilaron con la representación más acabada de la oligarquía hace 2 años? No promovieron el asalto al Ministerio de Educación, hace unos días, por el reclamo de una Facultad independiente conscientes de que sus tiempos de tumulto y control sobre las facultades expira con los egresos de chicos que no vuelven a pisar por esos reductos de comesesos sin proyección política ?
Se les nota el olfato dúctil para la carroña y lo comparten con cuanto siniestro personaje pulula por el ambiente. La sonrisa de Altamira es igual a la de Pagni. La de la masca chicle compulsiva de Vilma Ripoll es igual a la sonrisa de Mirtha Legrand. Los colmillos de Feimann son parecidos a los de Pino Solanas, a los de Patricia Bullrrich que todavía están manchados con la sangre de Diciembre de 2001, mientras era ministra de Trabajo. La de Duhalde que donde se para predice un muerto.
Damiro Flores fue asesinado como un perro en la primera manifestación predemocrática de la Multipartidaria. Fue terrible. Era joven, pobre y peronista, como lo fueron tantos que dejaron su vida por los ideales de un mejor país y una mejor sociedad. Los ideales de Mariano son los ideales que llevaron a la muerte a Damiro. No los de Ripoll ni Altamira. Ni de de Pedraza. Ni de Legrand. Ni el de sus asesinos.
Se les nota el olfato dúctil para la carroña y lo comparten con cuanto siniestro personaje pulula por el ambiente. La sonrisa de Altamira es igual a la de Pagni. La de la masca chicle compulsiva de Vilma Ripoll es igual a la sonrisa de Mirtha Legrand. Los colmillos de Feimann son parecidos a los de Pino Solanas, a los de Patricia Bullrrich que todavía están manchados con la sangre de Diciembre de 2001, mientras era ministra de Trabajo. La de Duhalde que donde se para predice un muerto.
Damiro Flores fue asesinado como un perro en la primera manifestación predemocrática de la Multipartidaria. Fue terrible. Era joven, pobre y peronista, como lo fueron tantos que dejaron su vida por los ideales de un mejor país y una mejor sociedad. Los ideales de Mariano son los ideales que llevaron a la muerte a Damiro. No los de Ripoll ni Altamira. Ni de de Pedraza. Ni de Legrand. Ni el de sus asesinos.
 
 
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