sábado, 25 de septiembre de 2010

ENCUENTRE LAS DIFERENCIAS ENTRE JUANA Y LILITA


Los franceses deben sentir una culpa ancestral por la muerte de Juana de Arco, la han hecho heroína y patrona de Francia después de haberla traicionado y mandarla a morir a la hoguera. No debe haber muerte más horrible que esa y si uno se pone a pensar que Juana tenía apenas 19 años al momento de morir no deja de sentir una gran pena. Era la Europa medieval, oscurantista y feudal, la que le tocó transitar a la doncella que sirvió a Carlos VII y que este dejó librada a su suerte después de encomendarle el mando de su ejército. Prisionera de los ingleses, cuyo rey le disputaba al francés la legitimidad del trono, fue sometida a un juicio en Ruán por apóstata y hereje en 1431, -casi ya 6 siglos - y siendo sus jueces obispos y cardenales, como un tal Cauchon, los que predicaban una fe inspirada en un Nazareno que ponía la otra mejilla y al que su Padre que tan buen padre no debe haber sido de momento que dejó que su hijo fuese sometido a otra muerte horrenda.
Así de trágica la vida de Juana y así de espantoso su final, promovido por unos señores que de cristianos deben de haber tenido poco y nada como para presenciar encima el final flamígero de una persona a la que acusaban de "fruto podrido de la Iglesia" mientras el cuerpo adolescente crepitaba en las llamas.
Todo este relato viene a razón de los nuevos dichos de Elisa Carrió, la Iluminada, que dice que la Argentina tendrá que decidir si ella será Presidenta o si será la nueva Juana de Arco. Pienso, no será como demasiado el delirio místico que padece? Tiene que bastardear ya no solo las palabras sino también arrebatar lugares y apropiarse de historias que no le pertenecen con tal de decir algo, cualquier cosa sin temor al rídiculo.
Que hoguera espera a Carrió, que no sea la hoguera de las vanidades?

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