Es un decir porque Carrió ya está tarifada por sus ex socios, con viento en popa puede alcanzar entre el 3% y el 5% del electorado nacional en una elección, Solanas que no deja de ser otro de esos fenómenos electorales que la Capital Federal engendra con su particularidad tan portuaria, como lo ha venido demostrando persistentemente en diferentes momentos desde 1983 hasta ahora, ahora siente que ese favor se inclina hacia su propuesta de seguir plantando pinos y considera que el capital del ex ARI puede sumarle, porque en todo caso lo que propone es ser secundado por Carrió de ninguna manera al revés. Mientras Pino agita un programa seudo progresista, sostenido por su talento de cineasta bucolico de filmaciones en proyectos mineros, no parece muy compatible con el programa unipersonal carriotista con su impresionante giro a la derecha, ubicada ya como portavoz de los sectores más concentrados de la economía, agregando algo de deliros místicos de su exclusiva autoría. La unión de estas dos propuestas hace que estemos frente a una fórmula de alto contenido explosivo.
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