martes, 3 de septiembre de 2013

COMO NO VOY A ODIAR A LA YEGUA ?



Antes podía hacer desnudar a la sirvienta delante de mis hijos menores para que vieran que me robaba $300, podía humillarla delante de ellos y gritarle “negra de mierda, ladrona” y sacarla a los empujones de mi casa del barrio cerrado y llevarla hasta el correo para que me mande el telegrama de renuncia al trabajo por “negra chorra”. Al volver a casa y revisar mejor encuentro los $300 en un cajón y recuerdo haber dejado el dinero ahí la noche anterior. Pero bueno después de todo una sirvienta es eso solamente y tengo todo el derecho del mundo a desconfiar de ella y actuar como lo hice. La noticia acá
Pero no, maldita sea la Yegua, el Sindicato y toda la mierda que viene aparejado con la Ley de Servicio Doméstico, donde se ha visto que yo tenga que soportar semejante atropello a mis derechos, yo una señora que  comercializo bienes raíces, vivo en un countrie, en La Reserva, más precisamente, pago impuestos y todo lo que estoy pasando porque lo único que hice fue para aclarar un hecho de robo en mi casa, que bueno después no fue así pero si hubiera sido … que? Teresa Beatriz Nourikhan, la empresaria detenida en Córdoba el jueves 29 de Agosto por protagonizar la historia relatada y que bien podría haberse expresado en esos términos.
Los cambios propulsados en la Argentina en los últimos años van en el sentido de una agenda cada vez más convergente hacia la ampliación de derechos y particularmente de los sectores que han sido los más vapuleados por esquemas obsoletos, normativas injustas y trato desigual. Esos cambios que afectan desde prejuicios de clase hasta concepciones discriminatorias salen a la luz y muestran las historias de hipocresías subyacentes en las clases medias y que han producido tanto daño a muchísimas personas durante mucho tiempo.
La desigualdad existente también se cambia con un mayor grado de conciencia, con la toma de posición clara frente a la injusticia y con acciones para resolverlas en el marco adecuado.
La resistencia al cambio siempre ha sido una dificultad constante y al momento de poner en valor cuestiones que el sentido común indica la necesidad de eliminarlas por completo para crear bases de una mejor convivencia estos obstáculos permanecen como piedras en el camino que hay que correr a un costado para avanzar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario