lunes, 25 de febrero de 2013

GANÓ PERÓN Y SE CERRÓ EL CICLO DE LA DÉCADA INFAME

El 24 de febrero de 1946 se libró una de las grandes contiendas electorales en la Argentina, a decir verdad, se trató del primer acto electoral en el que el fraude dejaba de ser principal actor y asomaba el protagonismo de la clase trabajadora como sostén de la propuesta política que lideraba el Coronel Juan Domingo Perón. Las elecciones de febrero fueron descriptas por los analistas de la época como las más limpias realizadas hasta entonces. El contubernio oligárquico-comunista, llamado Unión Democrática llevaba la fórmula Tamborini - Mosca, el olor a naftalina de dos personajes surgidos de la trenza comiteril y apoyados por el amplio espectro opositor - sellos incluidos -, el dispositivo mediático de la época - siempre tan imparciales a lo largo de la historia, las corporaciones con la Sociedad Rural al frente, el abanico estudiantil universitario y la determinante presencia del embajador de los Estados Unidos, Spruille Braden, dueño a la vez de una minera chilena en a que habían perdido la vida decenas de obreros por esos años, cayó derrotado por las fuerzas lideradas por Perón. 1.527.231 a 1.207.155 fueron los números de la proeza, el 52% del electorado había elegido a Perón y a sus candidatos en la gran mayoría de las gobernaciones.
El 17 de Octubre de l945 se había legitimado en las urnas. En apenas 4 meses se armó la herramienta electoral del Peronismo en su conformación aluvional. Frente a una correlación de fuerzas que parecía un imposible, el líder del naciente Movimiento Nacional demostró su enorme capacidad de conducción y que él era el intérprete del final de época para sintetizar como nadie las aspiraciones d cambio de la sociedad argentina frente a las viejas recetas del retroceso y del privilegio.
La UD era una expresión contradictoria en sí misma, un rejunte de opositores alejados de las esperanzas de un Pueblo que había decidido tomar en sus manos el rumbo de la historia. Representaba a los patrones, al sistema corrupto que había manejado el País en función de los intereses minoritarios que había producido una enorme brecha de desigualdad e injusticias.
La "prensa independiente" enmudeció ante los resultados del domingo 24.  La incredulidad se apoderó de las páginas del sostén de la Unión Democrática. "Tamborini", bramaba Clarín el domingo 24. "anticípase un aplastante triunfo de la democracia. en todo el territorio nacional se impuso de fórmula de la libertad" hacía futurología Crítica. En solitario el diario "La Epoca" de Eduardo Colom apoyaba a Peronismo.
Ganó Perón en una lucha desigual que alcanzó la dimensión de una épica. Se inauguraba una nueva etapa;  la Argentina había decidido dar vuelta la página infamante y optó por escribir con sus propios trazos un destino de mayor justicia, de más igualdad, de mejor calidad de vida colectiva.  La participación de los trabajadores  y de los más humildes selló el final de un ciclo oprobioso y abrió las puertas a la más formidable construcción social y política que se haya dado hasta entonces.

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