domingo, 5 de septiembre de 2010

PARTE DE GUERRA

La guerra continúa. de los dos contendientes uno parece comenzar a dar muestras de exhausto. Pasaron 2 largos años de escaramuzas dialécticas, combates frontales, batallas mediáticas. Uno y otro guardan costos de la guerra emprendida por el control de la situación. Si miramos hacia atrás, por Junio de 2008, uno de los dos suponía que había librado la batalla final a su favor. Un nuevo presidente provenía del mediterraneo, dos habían sido descartados: uno por ser socialista y el otro por liberal; aún el vice mantenía cierto apego a la institucionalidad y también caía en la volteada. Considerando que la presidenta sigue siendo Cristina no hay que pensar mucho quien sufrió el mayor desgaste en esta contienda.
La mucha agua corrida bajo el puente, disipada la polvareda, deja emerger la fortaleza de cada uno y lo que está en juego en el largo conflicto que puso en cuestión todos y cada uno de los recursos en disputa ante la sociedad entera. La agenda misma del Gobierno, cada acto de gobierno bajo la lupa como en ningún otro caso, cientos de páginas terminaron con el mito arrogante de que un par de malos titulares bastaban para tumbar un gobierno y poner otro. Del otro lado el costo, nada menos, de axhibirse, el terror a correr el telón y dejar ver de cuerpo presente al gran manipulador. El nombre de uno de los más poderosos de la Argentina a cuyos círculos solo ingresaban los selectos elegidos, de pronto - contra toda su voluntad - asomó la nariz, la cara y el cuerpo para decir, si soy yo. Agrupados los bandos, la AEA, la mesa de enlace, cierta jerarquía eclesial, algunos puntos en la justicia, grupos golpistas, un grupo parlamentario, el sindicalismo de los 90, el poder mediático de toda laya, de un lado. El Estado, con sus aliados del otro; sus aliados van desde el sindicalismo organizado, espacios de poder real dentro del peronismo, movimientos sociales y un caudal militante como no se ve del otro lado, salvo los medios del Grupo que responde al CEO mayor. En medio de esto, la sociedad que vive en un país en el que no está todo tan mal como esos medios del CEO dicen. Las arcas no se vaciaron, la moneda extranjera no hizo saltar en mil pedazos la economía, la industria produce, la construcción crece, los programas esenciales tienen financiamiento, la obra pública no se ha detenido, no apareció ninguna epidemia rara ni las siete plagas tomaron por asalto la vida común de los argentinos, mas preocupados por el costo de la vida y por la seguridad que por los menesteres de señor nervioso que no puede voltear presidentes y puesto ante una situación que , tal vez, se lo lleve puesto a él.

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