Sabido es que la prensa tradicional argentina, los diarios básicamente,
cumplieron un rol central en el sostén de la dictadura al extremo de actuar
como verdaderos difusores de la doctrina del “Proceso” y cómplices de muchos de
sus actos. El silencio cómplice de sus páginas hablaba mucho más por aquellos
años de plomo,  que sus panegíricos laudatorios
a los cabecillas del régimen.  La Voz del
Interior destilaba “menendismo”  puro y
duro. Los enfrentamientos fraguados eran transcriptos como verdad verdadera sin
ningún cuestionamiento a la sinrazón instalada sobre la vida y los bienes de
los cordobeses. Menéndez era el probo militar llamado a forjar el destino que
Córdoba se merecía.
Hay sobrados ejemplos de la complicidad de los medios de
comunicación argentinos y muchos periodistas que aún viven y se  reciclan como demócratas  republicanos que no resisten archivos de la
época. 
El cinismo y la hipocresía de La Voz del Interior no tienen
límites, en su editorial del 23 de diciembre de 2013, “El general del retroceso”  se despacha contra Milani. “El ascenso de
César Milani a teniente general del Ejército – y con ello su ratificación como
Jefe del Estado Mayor de esa fuerza militar – quedará grabado, sin dudas, como
uno de los episodios más aciagos que le reservará  la historia al gobierno que encabeza la
presidenta Cristina Fernández”, así arranca el panfleto escrito por alguna de
las brillantes cabezas del diario.
Los medios han hecho un giro respecto a los derechos humanos
por aquello que encuadra en lo políticamente correcto. Punto.
Ninguno de ellos han vuelto del infierno, al que
contribuyeron a fogonear, sin autocríticas. Quemarían las páginas que los
condenan y los exponen como partícipes necesarios del horror pero no han sido
capaces de editorializar sobre el rol que cumplieron en el proceso.
Entonces pueden manipular, mentir, falsear la verdad histórica,
darle por ejemplo el cargo de teniente a Milani y ocultar que era subteniente,
como lo hace La Voz. Se refiere a los “penosos antecedentes” de Milani y
deliberadamente oculta los suyos, pero es así es parte de la perversidad en el
que el grupo Clarín a través de sus subdiarios, ninguna mejor palabra para referir
a La Voz, que la de subdiario, justamente, para intentar socavar la legitimidad
constitucional del Gobierno Nacional.
El Grupo Clarín, beneficiario de la más atroz operación
económica con Papel Prensa viene a ensayar la impugnación a la designación de
Milani como no lo hizo con la sucesión de jefes militares que desde 1983 a la
fecha ocuparon la jefatura del ejército y que si jugaron papeles centrales en
la violación de los derechos humanos. No pueden decirlo de Milani. Hay apenas
un pequeño indicio insostenible así mismo.
Un medio como La Voz del Interior plagado de periodistas que
dan asco, que escriben inconsistentemente, algunos directamente de cuarta,
analistas que no pegan una, salvado por los suplementos de espectáculos y de
deportes que parecen ir en otra corriente, pretende emerger como la voz de la
conciencia de Córdoba y no es más que una empresa poderosa, aliada a intereses
poderosos y políticamente angelocista en el apogeo del “Pocho”, mestrista
luego, avalando los hachazos a los sueldos, jubilaciones, escuelas, hospitales
y la inundación de bonos que ejecutó la tristemente célebre administración de
Ramón Mestre,  fue sponsor oficial de
Luis Juez, devolviendo favores de los años en los que el “ético” senador le
había hecho durante su desempeño en el directorio de Papel Prensa de la mano de
Carlos Menem y Domingo Cavallo, y ahora delasotista en función de la enorme
pauta de la publicidad oficial de la que es una de las principales
beneficiarias.
Eso es La Voz del Interior y ahí la impugnación está teñida
de intereses nefastos.  Es solo cuestión
de ver el revés de la trama y surge claramente una verdad verdadera si los
enemigos del pueblo son los que impugnan es que ladran Sancho.
 
 
Me gusta esta nota fundamentalmente porque no solamente se acuerda de De La Sota sino que tambien lo hace en la relación de La Voz con Angeloz, con Mestre y con Juez. De nada sirve pegarle a DLS, que está bien, y dejemos intactos a los demás que detentan el poder provincial desde el ´83 y que han llevado a Córdoba a ser lo pacata, tilinga, desideologizada y menemista como es en la actualidad. Codo a codo con Scotto y Gil para desalambrar y abrir a Córdoba hacia el país que espera mucho de nuestra provincia y no damos señales desde hace 40 años.
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