lunes, 21 de octubre de 2013

PINO SOLANAS : EL CACHIVACHISMO POLITICO


                 Ya ni sabe dónde está parado. Ni siquiera recuerda lo que firma. O  pusieron al descubierto el doble juego que hace tiempo viene haciendo? Alguna vez, Pino Solanas fue algo en el peronismo, dejó un trazo por su andar con obras  comprometidas durante la Resistencia, “La hora de los hornos”, una de ellas. Y el reportaje en la siempre otoñal Madrid al exiliado General.  Algunas cosas más en el estío democrático pero nada de otro mundo, algo de humo  y mensajes encriptados. El denuncismo  durante el menemismo, sin aportar nada nuevo ni siquiera una estética distinta al consabido  kish que tiene su sello. Con el menemismo rompió por las Galerías Pacíficos, donde pensaba dar vida a un negocio cultural y chocó con el pragmatismo duro de los halcones del neoliberalismo que veían un shopping de lujo en el cotizadísimo  espacio, entre un shopping cultural, shopping al fin y un shopping – shopping  el menemismo no encontró mayores diferencias en los 90. Ahí Pino Solanas hizo sus valijas y comenzó a transitar las márgenes, corriéndose cada vez más hacia la derecha hasta sacar a relucir su pertenencia de clase y así, desde la comodidad del Norte porteño viajar de cuando en cuando a registrar en documentales alguna que otra movida ambientalista. El 2009 lo llevó de nuevo al Congreso, recostado en las franjas medias semi-progres y  semi-gorilas, acomplejadas por los malos modales peronistas y siempre reacias a emparentarse con el macrismo al que llegado el caso terminan votando. Resulta que la ecuación dice que esas mismas franjas votan a Elisa Carrió, todo un engrendro cachivachesco como el propio Pino Solanas. Se UNEN y a tirar la cadena, eso es todo.  Los dos son unos marginales de la política, unos impugnadores seriales que descubrieron que esa práctica descomprometida, mezcla de biblia y calefón da resultados en cierto target. No son agua y aceite,  son lo mismo; aunque alguna vez Solanas se haya mofado de esa posibilidad diciendo que él se haría rico poniendo una fábrica de tónicos para la memoria  para lo que se olvidan que con Carrió mantiene diferencias insalvables. Tendría que tomar el primero que nadie ese brebaje y recordar las cosas que firma – la carta al presidente de la República Islámica de Irán del 28 de febrero de 2007  y su posición sinuosa sobre el atentado a la AMIA,   que aún senil las tendría siempre claras si fuese coherente. Algo difícil de pedir, coherencia a Solanas. Difícil de pedírsela a un cachivache político, a un verdadero energúmeno que vive como un carroñero. Un cuervo viejo que siempre va hacer la personal y como Carrió, porque hasta en eso son iguales, no tienen ningún escrúpulo al momento de dinamitar cualquier espacio colectivo, el que sea, con tal de vivir de rentas electorales. Patético, se presentó como un bicho carroñero en la estación de Once  el 19 de Octubre esperando ver cientos de víctimas mortales y fue corrido a escupitajos. De veras, Pino Solanas es ya a esta altura de la senilidad que porta, un viejo hijo de puta. Una pedazo de escoria dando vueltas por la mugre donde se confunde.

1 comentario:

  1. Tambien es otro que pidió el voto calificado embolado por la elecciones del FPV en el norte del país en 2011.

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