La “carta abierta” de Victoria Donda a la Presidenta,  publicada hoy en Clarín (como corresponde) es
un dechado de cinismo, hipocresía y cararrotismo. Un cerebro destartalado y
enfermo, a la par de Tumini cualquiera puede resultar gravemente dañado en su
siquis, derrama un consabido contenido panfletario cargado de resentimiento conque
vaya uno a saber cuales son los propósitos perseguidos, como no sea los de reafirmar
la pertenencia al espacio opositor pero exponiendo un rosario de lugares
comunes y frases hechas cargando sobre el otro las culpas sobre un hecho
consumado hace 5 años por lo menos; muy del estilo tuminesco que a la vejez
viruela viene a descubrir a los radicales del genoma tipo Gil Lavedra como
parte de la “centro-izquierda”. Bueh.
Donda le achaca a Cristina bajar banderas de los Derechos
Humanos y lo hace abrazada con los mayores traidores del Punto Final y la
Obediencia Debida. Los capituladores de Semana Santa de 1987 e inventores de la
teoría de los “dos demonios” que se despojaron del molesto compromiso con la
verdad y la justicia, con Alfonsín, Gil Lavedra y Strassera a la cabeza
resignando el logro del Nunca Más.
Lo que omite Donda – una nueva adicta a bancas ajenas – es decir
que llegó a una diputación por el Frente por la Victoria y que se robó una
banca. Ella y Cecilia Merchán, a la que le salió mal la jugada de sopar una
banca en el Senado con Juez,  que llevó
como fórmula  a la gorila de Clarín,
Norma Morandini. Del brazo de Prat-Gay, un Morgan progre, bajo la atenta mirada
del busca Humberto Tumini por el rumbo de la coherencia total.
Cuando Libres del Sur podía llegar por su cuenta a mover un
milímetro del amperímetro? En qué cabeza cabe que el derrotero de Patria Libre
que pasó por cuanta experiencia de la izquierda haya existido en la Argentina,
de la mano de estos cráneos, pueda concluir siquiera en una banca en un Concejo
Deliberante?  Lo logrado es merced a la
generosidad del peronismo de colgarse mochilas de piantavotos .
La historia de Donda es a la vez de trágica y  llamativa. Su apropiador resultó ser un
torturador de la ESMA en la que revistaba su propio tío, Adolfo Donda Tigel, el
siniestro jefe de operaciones del centro clandestino que llegó a decirle a una
prisionera: “Esta es una guerra. Y en la guerra no se puede ser piadoso con el
enemigo. No lo fui con mi propio hermano, que era monto. No lo fui con mi
cuñada, que estuvo chupada como vos acá en la ESMA.”
Es una desagradecida. Una mujer con el cerebro maltrecho que
de la mano de Tumini se presenta en debates en cafés culturales en la Recoleta
de los radicales. Quien te ha visto y quién te ve.
Tumini, no es otra cosa que un parásito que vive pululando
desde hace rato por las orillas buscando destinos de grandeza que solo habitan
en su mente desquiciada. Puede hacerles creer a los radicales, que vienen
cotizando en baja hace tiempo y por mucho tiempo más, seguramente, que tiene
algunas dotes desconocidas pero,  no en el peronismo donde jamás pasó de
aguatero.
 
 
Totalmente de acuerdo. Tambien recuerdo la intentona de Merchán con Juez, increíble. Al no confiar en sus propias patas te dan la pauta de que son "buscas" de adopción para seguir en carrera. Por mas que sobredimensionen sus curriculum, terminaran como la Bullrich a la que cualquier bondi le viene bien.
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