sábado, 10 de noviembre de 2012

VERDADES Y MENTIRAS DEL 8N

Bajó la espuma y hay que hacer bastante esfuerzo para no caer en el lugar común. Estuvieron el 8N pero que dejaron ?Más  mugre por las calles. Que más? Una multiplicidad de consignas, la ira suelta por la atmófera, la catarsis colectiva de un sector social sin propuestas. Por cierto, tambien una competencia feroz sobre quien es capaz de insultar más, quien puede decir la frase más agraviante, quien es el más banana de escribir la frase que contenga palabras como muerte, guillotina, yegua, hija de puta y etcéteras. Gran acierto del Alto Comando de no ponerles micrófonos ni cámaras, hace rato han estudiado el componente que se expresa y que grita cualquier gilada.
La abogada trucha de los anteojos azules comprandos en el Once. La gordita fea que tiene la cartulina que cierra diciendo "cerda". El naboleti que declama el guión clarinesco de la república como una entelequia, la escribanía, la división de poderes y se copa y da una clase de tercer grado. La cheta que sostiene una cartulina contra el nuevo código civil porque dice que promueve el ateísmo y el divorcio, una ignorante y encima con una cara de trola tan clásica de la doble moral burguesa, un loco suelto llamado  Nicolás Ayuso. El múltiple asesino Ricardo Barreda, personajes degradados como el busca de Raúl Castells, ya sin ese otro esperpento a su lado llamado Nina Pelozzo y la sicopáta Ceclia Pando,  conforman un elenco bizarro en sí mismo, un cóctel almodovariano; eso sin dejar de imaginarse a Patricia Bullrrich mirando TN con la botella de whisky medio vacía, a esa altura, y la caja de sicotrópicos al lado. Son las particularidades de la marcha, es cierto, provista esta vez de cierta logística como la camioneta llena de latas de dulce de batatas abiertas y la entrega de banderas de plástico; bajo la supervisión del Alto Comando empeñado en mostrar candidamente la espontaneidad y empeñado en sobrevaluar números de asistentes, tomando como fuente al confiable Gobierno de la CABA, liderado por el kiss-boludo.
Se movilizaron nuevamente, un sector de la clase media con consignas de orden político que son un recitado calcado del odio a los más pobres que no saben votar. Un tufillo prejuicioso y racista atraviesa muchas de las consignas  que vocifera la gilada; porque los otros, los vivos, los realmente vivos, saben bien de que se trata: Volver a los 90 donde estábamos tan bien con el 1 a 1, la reconciliación posible sin juicios que traen fantasmas del pasado y por ahí agrieta negocios impunes como Papel Prensa, las AFJP, las privatizaciones, el gobierno ejercido por las corporaciones detrás del biombo; y esta remake del 2001, las cacerolas que corrieron a De la Rúa. Error: A De la Rúa no lo corrieron los cacerolazos ni los ahorristas estafados por los bancos y sus dirigentes traidores sino el escenario del día 20 de Diciembre que le costó al Pueblo 30 muertos mientras una fila de camiones guarda caudales partía raudo rumbo a Ezeiza. El Pueblo que dejó a sus hijos en la Plaza y sus adyacencias no provenía de los barrios conchetos ni estaba conformado por viejas insoportables, eran jóvenes en su gran mayoría, chicos excluidos y marginados del país de papel maché que añora la Sarlo.

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