Daniel Filmus cumplió y lo hizo dignamente. La esquiva CABA no le dió su oportunidad, el Peronismo nunca fue del todo bienvenido en la City, el peronismo de todo pelaje en realidad y este caso no es exepcional para la historia de los sucesos electorales. Hilando más fino podíamos buscar en cientos de análisis las causas del fenómeno antiperonista de la capital federal, que existe y se mantiene con la decrepitud de sus habitantes; pero no es intención hurgar en los baúles sino de acercar alguna reflexión en horas en que la jauría áulla esperanzada en que en el tercio más anti-K del país surga la posibilidad de la segunda vuelta al compás del clarín. 
La oposición de Alfonsín - mal imitador y fotocopia en sepia -;  Duhalde - cada vez más vocinglero y patético, en su vejez odiosa;  Binner - desflecado en su propia fortaleza - los Alberto y Adolfos - sobrepasados de locura construyen una oferta electoral que es muda en propuestas, nada dice ese conglomerado sobre que hará con la moneda, ni con futuros endeudamientos,  ni con la integración, ni con las retenciones, ni con las políticas previsionales ni de asignaciones, ni con los cuadros tarifarios, ni con la educación  ni con nada. Pretenden el salto al abismo. Han construido una compleja asimetría con sus discursos vaciados y recontrasabidos y la realidad que los exede como dirigentes. A los Duhalde & Cía solo les queda agitar la bandera del odio.
 
 
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