Dicen que una actriz que la conoció se preguntó una vez que balido de cordero habrá caído una noche en sus sueños para convertirla de la noche a la mañana en lo que fue: una reina.
La chica de Los Toldos, la hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren, "natural" como se decía en aquellos años del patriarcado machista para estigmatizar a los hijos de una unión de pareja , nacida el 7 de mayo de 1919, trazaría en su corta e intensa vida un recorrido único y fulgurante como un rayo, en la historia argentina. La muchacha, a la que ayudó a nacer una partera india, se dice que una noche en que llovía a cántaros por las pampas, traía consigo un destino distinto a cualquiera imaginado. La menor de cinco niños, hijos de aquella unión de Juan y Juana, tendría que enfrentar a una sociedad hipócrita y cerrada y forjaría en esa adversidad el temple que la haría distinta a todas.
Sería intensa. Hermosa. Conocería la gloria. La chica de Los Toldos tocará el cielo con la yema de los dedos. Conocerá el amor desmesurado, de los suyos, los descamisados como ella y el de su hombre, aquél con el que llegará a construir los días más felices de la Patria y responderá con el mismo amor desmesurado. Pero, no será una novela edulcorada la que protagonizará la chica de Los Toldos con sueños de actriz sino una etapa de profundos cambios sociales, políticos, económicos y culturales.
Y más aún, su nombre será para siempre la bandera de la victoria.
Como te cantó Julia Priluztki Farny: SIEMPRE ADELANTE FUEGO AMANECIDO, SIEMPRE ADELANTE ANTORCHA DESTINADA.
La chica de Los Toldos, la hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren, "natural" como se decía en aquellos años del patriarcado machista para estigmatizar a los hijos de una unión de pareja , nacida el 7 de mayo de 1919, trazaría en su corta e intensa vida un recorrido único y fulgurante como un rayo, en la historia argentina. La muchacha, a la que ayudó a nacer una partera india, se dice que una noche en que llovía a cántaros por las pampas, traía consigo un destino distinto a cualquiera imaginado. La menor de cinco niños, hijos de aquella unión de Juan y Juana, tendría que enfrentar a una sociedad hipócrita y cerrada y forjaría en esa adversidad el temple que la haría distinta a todas.
Sería intensa. Hermosa. Conocería la gloria. La chica de Los Toldos tocará el cielo con la yema de los dedos. Conocerá el amor desmesurado, de los suyos, los descamisados como ella y el de su hombre, aquél con el que llegará a construir los días más felices de la Patria y responderá con el mismo amor desmesurado. Pero, no será una novela edulcorada la que protagonizará la chica de Los Toldos con sueños de actriz sino una etapa de profundos cambios sociales, políticos, económicos y culturales.
Y más aún, su nombre será para siempre la bandera de la victoria.
Como te cantó Julia Priluztki Farny: SIEMPRE ADELANTE FUEGO AMANECIDO, SIEMPRE ADELANTE ANTORCHA DESTINADA.
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