DE GORDAS, BAÑEROS Y MUJERES ABANDONADAS POR GOBERNADORES

Su cerebro es proporcionalmente inverso a la voluminosidad de su cuerpo. El registro de la realidad le pasa de largo. Sigue viendo otro canal. Se detiene en la 125 y sus efectos. Allá, cuando en Palermo compartió tribunas y aplausos con la dirigencia rural. Está clavada en esa imagen. Habla para ese sector que hace rato dejó de ser lo que era y que ahora se encuentra con el reclamo del trabajo esclavo mientras hacen fortunas. Anduvo en ojotas por las sierras y la costa predicando ante auditorios vacíos. Debió recurrir a sus sponsors para que amplifiquen el discurso cargado de impotencia y odios. De incoherencias. Sinuoso y retorcido como su mente enferma. Apuesta al odio reclacitrante. Escarba en lo peor. Dirige su misil al público más retrógrado, a veces cae en el troglodismo cuando no en el ridículo. Su apuesta es remover la basura, porque necesita pararse en una consideración mínima que le permita negociar algo. Es eso la Carrió , una mercenaria sin convicciones. No propone nada. Quiere estar, desde ese lugar frustrante pretende reeditar un escenario de realismo mágico. Pero no es la única, aunque padezca delirios místicos y haya resultado una pronosticadora con bola de cristal fallada, que ha perdido la brújula. Con 70 años, ya anciano, el bañero de Lomas mantiene su cabezota afiebrada con la idea de que no habrá reelección, que entonces irá una procesión a ofrendarle la candidatura presidencial del peronismo, que Scioli será su candidato a gobernador en Buenos Aires y que se pondrá al país de popa, arreglará con Clarín que maneja varios jueces federales y santo remedio. No sería realismo mágico sino lo repitiera una dirigente que fue expuesta como portadora de apellido por otra dirigente peronista durante un Congreso del PJ y no se trata de la esposa del bañero, sino de la otra.