
El trabajo del campo fue siempre mal pagado, desde terratenientes hasta simples y pequeños chacareros son explotadores de la mano de obra, a veces el colmo de hasta negar un vaso de agua fresca a los peones por parte de los angurrientos dueños, siendo exepcional el buen trato, lo relataba don Ramón Tuschi un delegado histórico de la UATRE, que murió pobrisímo y enfermo de cáncer producido por los agroquímicos, recorriendo hospitales públicos ante el abandono de los dirigentes ricos de su gremio.  Siguiendo la pista de la historia llegamos a un tal Gerónimo Venegas, (a) Momo y pensamos entre nosotros que clase de lacra puede ser este personaje y que condiciones puede tener como para defender a los trabajadores de su sector si actúa así con un delegado de su propia estructura. Seguimos espiando la historia y el tal Venegas resulta ser además titular del sello de las 62 Organizaciones Peonistas, ese encuadramiento sindical nace como respuesta a la libertadora y refleja la lucha de los sindicatos en momentos cruciales de la Resistencia Peronista al régimen gorila. Como bien se dice que la mucha agua corrida bajo los puentes desde entonces ha desvirtuado parte del recorrido no es para nada casual que este personaje sea un eslabón clave en la explotación de trabajadores, un genuflexo, un aliado de la patronal y un traidor a sus representados.  Un ejemplo acabado de burócrata.
La mesa de enlace vuelve a desafiar al Gobierno, en otro contexto, en medio de la sideral diferencia de precios que ha convertido en ricos de la noche a la mañana a chacareros de 100 hectáreas empobrecidos en los noventa. El arrendamiento ha pasado a ser el gran negocio de los representados de otro gorila como Eduardo Buzzi.
Venegas y Buzzi son hombres de Eduardo Duhalde, son los que apuestan al caos y a la anarquía. Los que piensan que el país volverá sus ojos sobre ellos para retroceder en la historia; la Argentina de dirigentes ricos y un pueblo hambriento asistido por el clientelismo, la Argentina pre-peronista que no tenía siquiera Estatuto del Peón.
La mesa de enlace vuelve a desafiar al Gobierno, en otro contexto, en medio de la sideral diferencia de precios que ha convertido en ricos de la noche a la mañana a chacareros de 100 hectáreas empobrecidos en los noventa. El arrendamiento ha pasado a ser el gran negocio de los representados de otro gorila como Eduardo Buzzi.
Venegas y Buzzi son hombres de Eduardo Duhalde, son los que apuestan al caos y a la anarquía. Los que piensan que el país volverá sus ojos sobre ellos para retroceder en la historia; la Argentina de dirigentes ricos y un pueblo hambriento asistido por el clientelismo, la Argentina pre-peronista que no tenía siquiera Estatuto del Peón.
 
 
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