jueves, 11 de noviembre de 2010

PEDIRLE PERAS AL OLMO ??


Elisa Carrió es un aborto de la antipolítica del 2001 y pretendió llevar adelante esa lógica destructiva como un proyecto personal, apelando a un aquelarre de arribistas, oportunistas y vividores de la política que en una perversidad inescrupulosa cobran sus dietas pregonando un discurso incendiario contra toda institución democrática. Ya caída, sin posibilidad alguna de romontar la pesada carga, arremete con su artillería de baja calidad, amplificada por sus mandantes para continuar la saga antikirchnerista en la que está empeñada y a la que pone toda su energía negativa. Se siente acorralada, sabe que está fuera de juego, que lo último es su banca obtenida rasguñando piedras porque ese proyecto vaciado de ideas y propuestas, centrifugado por el odio irracional y la locura andante de Carrió está fenecido. Cambiar de canal cada vez que aparece su sanata se ha convertido en un sano ejercicio de la gente, no solo ya no mide sino que además produce asco y la gente está en otra sintonía como para soportar el delirio místico de una enferma siquiátrica . No existe Carrió. No existe su partido dedocrático más allá del living de su departamento en Recoleta. Es un rejunte de de saldos y retazos de vividores que no pueden hacer pié en ninguna estructura seria y se acercan al facilismo del capricho de una megalómana que maneja la lapicera, obviando congresos, convenciones, elecciones internas y primarias que legitimen representaciones. Es más fácil olerle el traste a esta desagradable que hacer militancia y formación de cuadro político. Es mucho más fácil seguirle la corriente a una chiflada que ponerse en serio a estudiar coordenadas políticas, abanicar los sudores de una marrana tirada en el sofá que pensar un proyecto, claro que para eso se necesitan neuronas y escasean en su séquito de cínicos.

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