Una nota extensa le hace Jorge Fontevecchia a Antonio Laje
en el semanario Perfil. Arranca Fonte
siendo solidario con la situación de Laje que fue eyectado de C5N y de ahí en
más el reportaje va hacia un intercambio de hipocresías. Mientras el gremio de
prensa reclama por el despido de un grupo de 13 empleados de la editorial de
Fontevecchia y se manifiestan en las
puertas, el corre a solidarizarse con Laje y éste muy lejos de solidarizarse
con los echados por Fonte.
La disquisición sobre la censura discurre por la forzosa
interpretación que los cráneos mediáticos le dan. No es censura si los echan
ellos y es censura si los corren de otro lado. Y así van desde periodistas
millonarios hasta pelagatos blogueros, tipo Lucas Carrasco.
Hace rato que Perfil es una guarida de servicios. García,
Reato, Gasulla , los constructores del relato antisubversivo del videlismo y de
energúmenos como Carlos Ares , el planificador de la pauta del macrismo que
escribe disfrazado de columnista y
suelta semanalmente un cúmulo de insultos , amparado por esa lógica de no
exponer de donde vienen. Ares es un funcionario macrista y no cualquiera; es el coordinador de medios del gobierno de
Macri, el que maneja la pauta, entonces cuenta con la impunidad del medio
opositor para disfrazarse.
En Perfil pululan Nelson Castro, Magda, Leuco, Eliaschev, Durán Barba, Tomás
Abraham, Eliseo Verón, Quintín, entre
otros y que salvo, Artemio, conforman una runfla de intoxicadores seriales,
operadores algunos, resentidos otros tantos, carriotistas, macristas y un variopinto
paisaje opositor que hace las delicias del núcleo puro y duro antiK.
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