domingo, 30 de junio de 2013

GABRIELA MICHETTI: VUELVE LA SILLA VOLADORA



Gabriela Michetti, la candidata multiuso de Macri vuelve a la competencia electoral por su reducto,  la CABA. Como muy bien se preguntó la interpeladora de la clase media porteña – ese otro yo de los sectores que un día se levantan pensando una cosa y al rato cualquier colectivo los deja bien – la siempre inefable, Beatriz Sarlo: alguien sabe de qué trabajó Michetti?  Muy buena pregunta para respuestas insondables porqué, efectivamente nadie sabe de qué se ocupó en la vida civil esta buena señora a no ser de “rara avis” por su clásica silla de ruedas, siempre mostrable, identificable, casi una marca registrada de Michetti; un sello propio que dio buenos dividendos al PRO y por supuesto a la señora. Lo cierto es que  en un momento, Michetti,  contribuyó al ecleticismo macrista y ayudó a perforar el techo electoral que lo situaba siempre en el núcleo duro de los sectores más afines a la derecha. Su candidatura a vicejefa de Gobierno ablandó la percepción colectiva sobre Macri aunque después solo incidió tocando la campanilla de la Legislatura y en algún que otro nicho sin mayor presupuesto de la gestión amarilla. Ella es un clásico porteño, genio y figura , figurona más bien, con aires de persona superadora de la desgracia propia pero incapaz de comprender los infortunios ajenos, así podríamos situar a la reserva electoral del PRO por otra parte una acomodaticia plena que hace una década viene pasando por ventanillas de cobro. Sin perfil ideológico notable, sin mayores luces, a menudo confunde hechos y cosas y es capaz de argumentar con frases de autoayuda del tipo de Deepak Chopra, sin embargo le sobra para sentar sus reales por las bancas portuarias. Algún que otro golpe de efecto, un par de fotos de ocasión como parte del elenco estable opositor, una simulada puesta en escena y ahora,  poniendo en valor su pertenencia al séquito del ex Arzobispo de Buenos Aires que – para su suerte –es el Papa.
Ante la ausencia de mejores candidatos el PRO vuelve a requerir de sus servicios, ella – una especuladora absoluta de sus tiempos deja correr el agua y ve caer como un castillo de naipes las elucubraciones de su enemigo Rodríguez Larreta  para salir presta a facturarle el fracaso de sus alquimias y erigirse en el principal caballito de batalla del partido comunal nuevamente.
Es nada. Es incapaz de ofrecer algo nuevo pero está allí, como una estampita por otros 6 años placenteros.

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