viernes, 11 de marzo de 2011

EL TIO


Tenìa ese aire de antiguo. Sus lentes osucros enormes y el bigotito fino de los 50. La pinta del antihéroe. El Tìo, por esa asociaciòn de ser visto como el hermano del padre porscripto, era elegido Presidente de la Nación por el 50% un dìa como hoy y la alegrìa explotò por las calles y las plazas para cerrar 18 años de ignominias.
Hector José Cámpora, el Tío, el hombre que representaba a Perón era elegido presidente en un contexto en el que las democracias latinoamericanas vivían bajo la amenaza del golpismo y en los prolegómenos del terrorismo de estado.
La primavera camporista alumbró en medio de un país que había sido llevado a la exclusión de las mayorías populares, de 18 años de revanchismo que habían generado la espiral de violencia y que tan solo el peronismo podía proponer una instancia superadora al conflicto político irresuelto de gobiernos ilegítimos y dictaduras militares. El fracaso del la política pendular que trató de marginar al principal actor de la historia puso al país en la ebullición total y las consignas de "Nada sin Perón" resumían el hartazgo por una anomalía forzada por el uso de las armas contra el Pueblo.
Le tocó a Cámpora abrir las puertas y las ventanas para iniciar el recorrido, fue el hombre elegido para llevar las banderas al triunfo y fue la esperanza de millones que torcieron el cauce del río para que el peronismo volviera al poder .

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