domingo, 12 de septiembre de 2010

SALVADOR ALLENDE Y SU EJEMPLO


El, que tenía toda la pinta del antihéroe vino a protagonizar un acto heroico para enseñar que la dignidad es innegociable y fué ese día, el 11 de Setiembre de 1973, en que los buitres se posaron sobre La Moneda, en cuyo interior yacía el cuerpo del presidente Allende, para anunciar el preludio de lo que vendría en la América Latina.
Desde sus inicios la "vía pacífica al socialismo", fue terriblemente boicoteada hasta hacer abortar la propuesta de cambio orientada a terminar con las asimetrías sociales en Chile, por medio del golpe comandado por Pinochet con apoyo de la CIA y las oligarquías locales.
La nacionalización de la producción del cobre y la reforma agraria, que significó la expropiación de más de 2 millones de hectaréas, surgen como las principales y revolucionarias políticas del Gobierno de la Unidad Popular.
Esa suerte de democracia vigilada y "prolija" que vive Chile, a pesar de los gobiernos de la Concertación, parece ser la receta encontrada para seguir escondiendo el drama de la desigualdad que parte en dos al pueblo. Indicadores macros positivos que no se compadecen con la calidad de vida que padecen los sectores más pobres y que se hicieron evidentes a la hora de la tragedia del último verano.
Tal vez, como sucede casi irremediablemente siempre, no era el tiempo de Salvador Allende pero aún en medio de un contexto desfavorable y de traiciones, su figura se proyecta y su mensaje trasciende.

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