La señora Carrió nos cae gorda así que la evitamos, pero anoche en TN, donde es habitué, se despachó contra las pensiones no contributivas, dijo claramente que el próximo gobierno debe terminar con este programa.
Por princicpios defendemos un sistema previsional justo y estatal. Perón vino a crear un sistema de jubilaciones justo en este País hace 60 años para terminar con tanta inequidad. El, que era no solo un visionario sino el conductor de un proyecto de justicia social, avizoraba la gran cuestión a resolver de una tercera edad desprotegida y desamparada.
Hace muy poco , el Esteban , un viejo luchador de un barrio popular de Córdoba nos recordaba la desgracia de esos pobres viejos abandonados por las calles, remendados y con el tuper para ir a comer a un comedor de abuelos, sin una moneda ni un cospel en el bolsillo; sin hijos ni nietos que pudieran socorrerlos porque también vivían en la pobreza. Y ahora los veía con mejor autoestima, yendo una vez por mes al cajero a retirar sus pequeños ingresos. Hasta más dignos, nos contaba, se los ve a los viejos.
Conclusión: La gorda no es solo una delirada mística. Una fabuladora de cuarta. Una paranoica fatal. Una repetitiva de desgracias y males. Una cobarde que vive pidiendo permiso a los curas. Una propagadora de denuncias sin pruebas y que después arruga. La gorda es una hija de re mil puta en el estricto sentido de los que no les importa nada los efectos de la pobreza, retroalimentada por años de neoliberalismo y tragedia en la Argentina.
Vamos bien. Ladran hasta los chanchos.
Por princicpios defendemos un sistema previsional justo y estatal. Perón vino a crear un sistema de jubilaciones justo en este País hace 60 años para terminar con tanta inequidad. El, que era no solo un visionario sino el conductor de un proyecto de justicia social, avizoraba la gran cuestión a resolver de una tercera edad desprotegida y desamparada.
Hace muy poco , el Esteban , un viejo luchador de un barrio popular de Córdoba nos recordaba la desgracia de esos pobres viejos abandonados por las calles, remendados y con el tuper para ir a comer a un comedor de abuelos, sin una moneda ni un cospel en el bolsillo; sin hijos ni nietos que pudieran socorrerlos porque también vivían en la pobreza. Y ahora los veía con mejor autoestima, yendo una vez por mes al cajero a retirar sus pequeños ingresos. Hasta más dignos, nos contaba, se los ve a los viejos.
Conclusión: La gorda no es solo una delirada mística. Una fabuladora de cuarta. Una paranoica fatal. Una repetitiva de desgracias y males. Una cobarde que vive pidiendo permiso a los curas. Una propagadora de denuncias sin pruebas y que después arruga. La gorda es una hija de re mil puta en el estricto sentido de los que no les importa nada los efectos de la pobreza, retroalimentada por años de neoliberalismo y tragedia en la Argentina.
Vamos bien. Ladran hasta los chanchos.
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