sábado, 18 de mayo de 2013

JORGE RAFAEL VIDELA: CRÓNICA DEL DEMONIO GRIS

No hay mucho que pueda agregarse a la crónica gris de una vida gris como la de Jorge Rafael Videla. Murió como tenía que morir, cumpliendo con la condena por su culpabilidad central en las horas de la tragedia argentina. El máximo exponente del terrorismo de Estado, implantado por la Junta Militar por el comandada el 24 de Marzo de 1976, murió en la cárcel.
Formó parte de una generación de militares que sirvieron a los intereses de las minorías. El poder de los fusiles al servicio de los privilegios como síntesis de un derrotero iniciado el 28 de Setiembre de 1951 por los militares gorilas contra el Peronismo. Los mismos que el 16 de Junio de 1955 ametrallaron con sus aviones al pueblo indefenso en la Plaza de Mayo. Era la Aviación Naval, en este caso,  pero el mismo hilo conductor. Formó parte de la oficialidad joven que asistía a los jefes del antipueblo: Aramburu, Lonardi, Rojas, Toranzo Calderón, Manrique, Onganía, Lanusse y una ristra más de etcéteras que durante 18 años impusieron el terror en la Argentina como método para hacer desaparecer al Peronismo. Proscripción, exilio del Jefe, persecusión, cárcel, Conintes, estado de sitio, gobiernos seudodemocráticos y dictaduras fue el cóctel diseñado por la camarilla militar concentrada en impedir la expresión legítima del Pueblo como único fin de su existencia en la vida de la patria. Desfiles, reclutas para que los sirvieran y orden cerrado era todo lo que podían ofrecerle al pueblo los herederos de la corriente liberal que llegó mediante su cría al 24 de marzo de 1976.
Ahí entra en escena el gris comandante Videla. Católico de comunión diaria, padre de un chico oligofrénico internado hasta su muerte en la Colonia Montes de Oca y oculto - como corresponde al pensamiento hipócrita de la burguesía - de su propia historia. 
Lo que vino tras sí es en si misma la tragedia que sucedió a la farsa. La orgía de sangre y de terror que los asaltantes del poder llevaron al paroxismo para instalar un paradigma hasta entonces desconocido en Occidente: la desaparición de personas, el apropiamiento de niños, el tormento sanguinario, el robo de pertenencias y bienes a las víctimas, la locura en su mas alto grado de institucionalización con la clara complicidad de los poderes fácticos: Iglesia, empresas dueñas de los medios de comunicación, organizaciones empresariales y la sociedad Rural y más etcéteras.
La cabeza del "proceso" murió abandonada. Los que ayer brindaban con el y le rendían culto, el larguísimo listado de políticos, gremialistas,  sotanas, escritores, periodistas, pastores y rabinos, deportistas,   artistas, vedetongas, empresarios, banqueros, financistas, agropecuarios, fuerzas vivas, clubes de "servicios" - rotarios y leoninos hicieron mutis por el foro. Allá dejaron su podredumbre sola tras los paredones del penal de Marcos Paz.
El mayor alivio, logrado por el mejor momento de esta Democracia con Kirchner al frente, es saberlo muerto tras las rejas. Como corresponde.

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